La Garris es ante todo una competición de caballeros. Ni aún en los momentos de máxima embiraguez, la caballerosidad se ve debilitada. Valores en desuso actualmente, tales como la nobleza, el respeto, la jerarquía, el trabajo en equipo, etc. se ven todos ellos reflejados en esta hermosa fotografía. El presidente a los mandos, dirigiendo los designios de un rinoceronte estático, Nicklaus defendiendo las espaldas del líder espiritual y controlando el flanco descubierto con su indestructible hierro 8, mientras que el nuevo miembro Vincenzo aguarda en un discreto segundo plano, el momento en el que dar su certero zarpazo de Rino al buggy de Rubén.
No me negarán la belleza...
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