Hombres o ratones...

Habiendo quedado esta mañana para jugar al golf con Nicklaus, Miguel y David, recibo a eso de las 9 un mensaje de éste último preguntando que si cancelábamos la partida. Acto seguido me dirigí hacia la ventana para observar el maravilloso cielo de una mañana de verano en Santander...

Qué somos hombres o ratones, le contesto a David en un alarde poco habitual de bravuconería.
Dicho y hecho, una vez acabado el desayuno reconstituyente que me estaba esperando en la cocina, me dispongo a salir con mis bártulos y una gran carga de optimismo. A medida que me acercaba al palacio de festivales notaba que la opción ratón hubiera sido sin duda la más acertada...

Llegados al campo, las señales eran inequívocas de que iba a ser un día complicadillo, por decir algo.

-. Así que o hombres o ratones, eh? - espetó David en un tono ciertamente irónico. A lo cual le contesté con una media sonrisa de "pues va a ser que ratones".

Sin tiempo para discutir más Nickláus que entonces estaba terminando la penúltima de sus conferencias telefónicas a las que él se refiere como "trabajo", nos dice:

-. Venga, vamos! Me parece que hoy vamos a estar solos en el campo.

Sin mediar palabra nos dirigimos al tee del uno. Desde allí el campo presentaba un aspecto ciertamente preocupante... (ver green del uno y tee del 2 en la siguiente foto, con la calle del 7 al fondo)

Pero no nos amilanamos y , con un juego la mayoría de las veces brillante e incluso a veces espectacular, conseguimos llegar a la casa club con una sensación de trabajo bien hecho.
Una vez realizados los neperianos, la constatación de la mejora en el juego de Miguel y el hecho de que todavía disfruta de un 49 de hándicap desvió la atención de la conversación y de las dos raciones de rabas que nos desafiaban en el centro de la mesa. Al igual que Miguel, la mejoría en el juego de Nicklaus también es evidente, ya sea con ilegal entre manos o sin ilegal.
Ahora bien, una cosa parece clara en esta pretemporada y esa no es si David va a pagar cena o no, sino más bien cuántas cenas va a tener que pagar David en esta edición de la Garris.
Los 107 golpes que él mismo firmó en aquel memorable 31 de julio del 2004 con medio juego de palos de ladies fue a todas luces una machada. El hándicap 25 que estos días arrastra por los campos de España habla a voces del tamaño de tal hazaña. Pero no hagamos más leña del árbol caído y dejemos que hable en el campo...
Esta IV Copa Garris se presenta más abierta que nunca. Algunos miembros han progresado en su juego de manera evidente. Otros no tanto. Pero los hoyos hay que jugarlos y los putts se han de embocar. Es por tanto que la pregunta que nos hacíamos esta mañana al mirar al cielo sigue estando igual de vigente, "qué somos, hombres o ratones...?".

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