Un 17 de Julio de 1990 las cumbres del Luz Ardiden vieron como la figura de un joven ciclista, alto, de carácter noble, desconocido hasta entonces, se convertía en un mito del ciclismo. Hasta entonces Miguel Indurain no había sido más que el gregario de lujo de Pedro Delgado... En aquel día memorable la majestuosa figura de aquel ciclista que muchos descontaron como posible candidato al tour coronó el puerto de Luz Ardidén con apenas 6 segundos de ventaja con respecto a Greg Lemmond, el gran favorito a ganar aquel tour. Aquel triunfo fue el principio de la leyenda de Miguel Indurain. Durante los siguientes cinco años, no sólo dominó de manera aplastante el Tour sino también el Giro, las clásicas y el campeonato del mundo.
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Y qué tiene que ver ésto con la victoria de Miguelón en el Algarve... algunos dirán que Miguelón arrasó cual Indurain en la contrareloj del primer día y se dedicó a administrar la ventaja durante el segundo día... otros dirán que en ediciones anteriores se le vió a la cola del pelotón sufriendo y en esta edición nos ha sorprendido a todos en la escapada del primer día... muchos estaremos de acuerdo es que su manera de administrar riesgos (hierro 4 desde el tee de salida) es la firma indiscutible del Navarro insigne... sin embargo lo que realmente le asemeja a Indurain es su implacable ritmo de juego, su manera de aguantar la presión y su magnánimo comportamiento en la victoria y como prueba de tal tenemos la foto en la que se ve al anterior campeón Fran entregándole a regañadientes el flamante trofeo a la nueva promesa. Aupa Miguelón y enhorabuena!
